Las sandalias con tacón han vuelto, y no pudimos evitar rememorar cierto show de finales de los noventa y su icónica contribución al mundo de la moda: Sex and the City.
Sí, tienen toda la razón, lo sabemos: todo el día en casa, probablemente andamos sólo en pantuflas o descalza y ¡nosotros pensando en zapatos! No estamos locos, lo prometemos. Tal vez ahora estemos pensando en usar zapatos precisamente porque extrañamos… Jaja, nah, ¿quién extraña usar zapatos cuando puede estar a gusto? Pero la cosa es que no extrañamos usar zapatos, sino usar zapatos; sí entienden la diferencia, ¿no?
Sea como sea, el mundo no ha dejado de girar, ni siquiera por la pandemia y, con el optimismo brillando en nuestros ojos, miramos en dirección del momento en el que ya haya pasado todo esto, porque saldremos de esto… Entonces, es por eso que pensamos en zapatos. Entiéndanos, por favor, tenemos la mira en el futuro…
Con tiempo extra en nuestras manos, no vamos a negar que nos hemos dedicado a ponernos al corriente y actualizarnos con, ya saben, cosas simples, como netflix —entre otros servicios de streaming. Y con esto, no sólo nos estamos actualizando, sino que también estamos rememorando tiempos pasados que nos han llenado de vida y además han marcado la cultura popular en el aspecto de la moda y el glamour y las ensoñaciones hacia un estilo de vida…
Claro que sí, por supuesto que estamos hablando de Sex and the City. No les voy a mentir —y uso la voz en singular porque no quiero que atribuyan este sentido patético a todo el equipo editorial—, me eché, otra vez, las seis temporadas y las dos películas en dos semanas. Y puede que esto no sea demasiado, pues habrá grandes que hayan logrado más en menos tiempo, pero definitivamente es un logro significativo para este humano.
Y bueno, no hace falta mencionar aquí por qué es tan importante la figura de Carrie Bradshaw y sus tres mejores amigas, eso ya está de más. Pero, entonces, ¿Sex and the City y zapatos? Por su puesto, si no se puede ser más obvio en esta vida.
Sex and the City
Ciertamente, son muchos los momentos en los que se hace referencia a estos instrumentos divinos que nos protegen los pies —bueno, pues, zapatos— en esta serie de televisión —seguramente Manolo Blahnik le giró un cheque a toda la producción en agradecimiento—,
pero no fue sino hasta que reviví ese capítulo en el que Charlotte York manifiesta su obsesión por el calzado, —aunque no nos sorprende tanto porque…
…bueno, no fue sino hasta que reviví ese capítulo en el que Charlotte York manifiesta su obsesión por el calzado y se topa con ese creepy amante de los pies, que finalmente me golpeó.
Sex and the City tiene un fuerte juego alrededor de los zapatos, eso ya sabemos. Además, el show está marcado por la época en la que se rodó; es decir, no sólo Carrie Bradshaw vincula fuertemente a su vida una genuina pasión por la moda, sino que podemos observar en los cuatro personajes principales el reflejo de las tendencias a finales de los noventa.
Es evidente que conforme avanza el tiempo, temporada tras temporada, los personajes evolucionan, y no sólo en un sentido de crecimiento personal, sino que también en su vestimenta. Los conjuntos que las cuatro chicas ostentan al inicio de la serie no son exactamente iguales a aquellos que portan durante las temporadas finales o incluso las películas. Y este cambio es muy evidente en los zapatos.
Durante las primeras temporadas de la serie, vemos reflejada la tendencia determinante en, ya saben, zapatos durante los últimos dos años, no sólo de la década, no sólo del siglo, sino también del milenio. Y esto puede resumirse a: sandalias (con tacón).
*Pongan atención a los zapatos
And I couldn’t help but wonder: is this the come back of the sandals?
Okay… esa fue una muy mala imitación de Carrie Bradshaw, sin siquiera contar que la pregunta es bastante irrelevante, pues lo que se ve no se pregunta.
Sandalias
Sandalias, sandalias, sandalias, sandalias…
Ahora es cuando vemos al mercado de la moda y las casas que la representan, así como el denominado fast fashion, entre otros establecimientos dedicados a la producción y maquilación de calzado, sacar líneas, colecciones y nuevos modelos que hagan alusión a este diseño determinado tan trabajado por Bradshaw, Jones, Hobbes, York y miles de mujeres más alrededor de 1998.
Y esta demanda de sandalias no sólo viene ad hoc con la reciente entrada de la primavera, pues es algo que ya habíamos empezado a ver desde el año pasado —2019, en caso de duda u olvido—, sino que la producimos a partir de lo que vemos en las redes sociales mediante las bloggers de moda, que tanto influyen hoy en día en nuestra selección de indumentaria, y nos muestran diversas formas de combinar este modelo de artefactos cubre pies —y que por cierto, venían utilizando incluso durante el invierno.
Caro Daur
Brittany Xavier
Paola Alberdi
Entre otras
*Imágenes extraídas de sus social media
A partir de este resurgimiento, ahora encontramos por todos lados diversas formas de adquirir esta nueva versión de las sandalias. Es importante reconocer que, al tratarse de un resurgimiento, claro que no las encontramos de la misma manera que hace veinte años. Traducción: aunque la esencia es la misma —las sandalias en sí, qué más específicos podemos ser—, encontramos variaciones en su diseño, con nuevos aditamentos; así que no debemos esperar encontrar exactamente lo mismo.
Tanto casas high fashion, como fast fashion están ofreciendo su propia versión de este resurgimiento de las sandalias. Así que ahora podemos encontrar muchas opciones en diversas gamas de precio, según lo que se ajuste a nuestro bolsillo. Esto va desde Chanel, hasta los fabricantes emergentes locales.
High fashion brands
Marcas locales
IG: @holic_nation
IG: @mila_milu
Siempre resulta interesante observar cómo es que las modas siempre vuelven, y lo que alguna vez fue tendencia, muy probablemente lo vuelva a hacer. Tal es el caso actual de las sandalias; así es, tal y como lo ostentaba en su tiempo Carrie Bradshaw.
Ahora sólo hablamos de tendencias, eso es lo que hay de nuevo —aunque en realidad no lo sea—, pero no debemos olvidarnos que no porque esté de moda está bien… Se quiere decir, no es que realmente el resurgimiento de las sandalias esté mal, sólo que no debemos olvidarnos de nuestra propia esencia, ni embarcarnos a modas que apenas ayer nos parecían terribles…
Si te encantan las sandalias y este resurgimiento, you go, girl, úsalo todo lo que quieras —y lúcelo sin miedo una vez que se haya terminado la cuarentena, si no es que ya lo habías hecho antes. Nosotros tenemos que admitir que —con excepción de algunos modelos que han implementado variaciones que nos parecen significativas y aceptables en el sentido de que ayudan a mejorar la ergonomía y visualización de las sandalias—, sin intención de desanimar a nadie a usarlas con libertad y orgullo, las sandalias no nos encantan. Siempre hemos odiado esa manera tan fácil en la que puede colgar el pie y chanclearlas, ugh.
Pero, sin duda, en gustos se rompen géneros, y no tiene nada de malo. Cuéntenos qué tal les va a ustedes con este tema de las sandalias.
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